lunes, 2 de diciembre de 2013

Cristianismo e Islam



Junto al judaísmo, el cristianismo y el Islam son las grandes religiones monoteístas. Seguramente habría que añadir otras, como el hinduismo y el budismo, cuyo monoteísmo no aparece tan claro, pero en este momento nos interesa centrarnos en estas dos, el cristianismo y el islamismo, por citarlas en orden de antigüedad. 


Dice Schuon que el cristianismo se fundamenta en un acontecimiento histórico, mientras que el islamismo toma su fundamento en la revelación de un “Ser”, de una naturaleza de las cosas. Cierto es que aquel acontecimiento histórico en el que el cristianismo tiene su fundamento constituye también una revelación del Ser y de la naturaleza de las cosas, lo cual ya nos aproxima a la idea de que, en el fondo, cristianismo e islamismo son la misma cosa. Sin embargo, ha existido desde el nacimiento del Islam un antagonismo entre ambas religiones que es, no obstante, más de facto que ideológico, por cuanto no existen argumentos de peso que permitan mantener que el cristianismo y el islamismo sean diferentes en esencia, sino más bien al contrario, son más los argumentos que permiten afirmar que ambas religiones son la manifestación de una misma y única revelación, diferenciable antes por el sujeto al que va dirigida que por Aquel de quien procede.


No obstante, si tratamos de justificar el distanciamiento entre ambas religiones, podría afirmarse que el fundamento del Islam es la creencia en la Unicidad de Dios, mientras que el cristianismo, aceptando esa Unicidad, le añade el concepto de Trinidad. Ésta es probablemente, la raíz de la aparente irreconciliabilidad entre ambas religiones. Ahora bien, si ambas religiones creen en un solo Dios, ¿cuál es el fundamento de esa irreconciliabilidad?  Como bien describe y explica Schuon en su obra "Comprender el Islam", el cristianismo se ve obligado a considerar la relatividad de Dios por cuanto lo mira desde la relatividad del hombre, mientras que el Islam se centra en el Ser de Dios como Absoluto. Son por tanto, dos formas de mirar la misma cosa; no es ésta la que cambia, sino tan sólo el punto de vista con que se la mira.


Recuerdo haber oído la frase “Dios es Uno y Trino” como afirmación del dogma cristiano de la Trinidad. Para el musulmán dicho dogma es inaceptable, por cuanto supone afirmar que la Unicidad de Dios no es absoluta. Sin embargo, el dogma cristiano mantiene que la Trinidad no atenta contra la Unicidad de Dios ni la modifica; lo cual hace de este dogma un misterio que ha de ser aceptado por el creyente como acto de fe, sin tratar de comprenderlo, por cuanto su comprensión resulta inalcanzable desde nuestra situación. Siendo esto así y aceptando nuestra limitación para entender el gran misterio que es Dios, parece que el dogma de la Trinidad tiene su fundamento en la contemplación de Dios desde la relatividad del hombre. De este modo es posible afirmar que Dios es Uno respecto de Sí Mismo, pero es Trino respecto de los hombres. Para comprender esta idea resulta de gran ayuda valerse de un símbolo de Dios, el sol. El sol, nuestro sol, es sin duda uno, pero a las criaturas que habitamos la Tierra, y en especial al hombre, se nos manifiesta como luz, calor y como el efecto que ambos producen sobre todos los seres vivos. De este modo, el sol cumple a la perfección su condición de símbolo de Dios, por cuanto en él están representadas la Unicidad y la Trinidad del Absoluto. Unicidad respecto de Sí Mismo; Trinidad respecto a su manifestación, las criaturas o seres vivos. Así, el calor, la luz y la actividad de ambos sobre los seres serían a su vez símbolos del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.


Aceptar esto sería abrir el camino hacia la reconciliación entre el cristianismo y el islamismo, ya que tanto uno como otro podrían mantener sus posiciones como ciertas, por cuanto ambas lo son, la del Islam, que no admite división en el Absoluto, y la del cristianismo, que reconociendo su Unicidad, afirma que hay en Él Tres Personas. Lo que hace posible que ambas posiciones sean verdaderas es la variación del punto de vista en el cristianismo con respecto al Islam. Este sólo considera a Dios en Sí mismo, mientras que el cristianismo añade a éste otro punto de vista, el del hombre, su criatura.

Esta ausencia de oposición esencial entre ambas religiones es extensible a las demás grandes religiones. Citaré al respecto las palabras de Schuon en la obra ya mencionada, donde dice refiriéndose al cristianismo, el budismo, el judaísmo y el islamismo:

"El carácer de una vía ¨[entiéndase religión] depende de una determinada definición previa del hombre: si el hombre es pasión -como lo quiere la perspectiva general del Cristianismo- la vía es sufrimiento; si es deseo, la vía es el renunciamiento; si es voluntad, la vía es el esfuerzo; si es inteligencia, la vía es discernimiento, concentración y contemplación (...) si hay religiones diversas es porque la diferencia de las religiones corresponde exactamente, por analogía, a la diferencia de los individuos humanos; en otros términos, si las religiones son verdaderas es porque Dios ha hablado lenguajes diversos, en conformidad con los diversos receptáculos (...)" *  

En realidad, esta identidad entre las religiones es fácil de percibir por cualquiera que profundice en ellas. A este respecto, son muy esclarecedoras las palabras de un sabio musulmán, Ahmad Kuftaro. Pueden leerse aquí:

El futuro del Islam y el Cristianismo a nivel mundial

Islam y Cristianismo. Dos religiones y un solo Dios  



*Frithjof  Schuon, "Comprender el Islam", José de Olañeta, editor.



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